Por @Wicho — 28 de Marzo de 2024


Impresión artística del terreno en las proximidades el polo sur de Encélado y los géiseres que salen de sus grietas – ESA/Science Office

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de hacer público el estudio con el que buscaba escoger el objetivo de su próxima misión tipo L, que será la L4. El objetivo primario escogido es Encélado, una de las lunas de Saturno. Pero no descarta como objetivo prioritario de su próxima gran misión. Titán es la siguiente opción. Europa estuvo también en consideración pero finalmente ha sido descartada porque tanto la sonda JUICE de la ESA como la Europa Clipper de la NASA ya la tienen como objetivo.

Las misiones L, de Large, grande en inglés, son también las más ambiciosas y complicadas de la agencia. Las anteriores son JUICE, un orbitador de Júpiter y Ganímedes que ya viaja hacia su destino; Athena, un observatorio de rayos X cuyo lanzamiento está previsto para 2035; y LISA, un observatorio espacial de ondas gravitacionales cuyo lanzamiento está previsto para 2035.

En el caso de L4 ya en 2021 se había decidido que su objetivo iba a ser una de las lunas de los planetas gigantes de nuestro sistema solar. Así que se encargó a un comité el estudio de las distintas opciones tanto en cuanto al interés científico de las lunas en cuestión como en cuanto a la viabilidad técnica de la misión.

Y la conclusión del informe [PDF], ha sido que Encélado es la luna más interesante para L4 desde el punto de vista científico, pues por lo que sabemos en ella existen las tres condiciones para que un entorno potencialmente habitable pueda albergar vida. Al menos vida tal y como la conocemos: la presencia de agua líquida, una fuente de energía y un conjunto específico de elementos químicos como con carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo, y azufre. Los géiseres que brotan de su corteza helada son ricos en compuestos orgánicos; y el océano que hay bajo su superficie helada también parece albergar una poderosa fuente de energía.


Corte de la estructura de Encélado – Superficie: NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute; interior: LPG-CNRS/U. Nantes/U. Angers. Composición: ESA

La misión, que sería lanzada en dos componentes a bordo de sendos Ariane 6, también parece viable desde el punto de vista técnico, aunque aún queda mucho, de hecho prácticamente todo por definir. Incluiría un orbitador y un aterrizador. Con una trayectoria bien diseñada podría darse un garbeo por el sistema saturniano visitando varias de sus lunas antes de entrar en órbita alrededor de Encélado. El aterrizador tendría como objetivo posarse cerca de alguna de las fracturas que hay en la superficie del polo sur de la luna.

Otra opción es un orbitador y un aterrizador pero para Titán que antes de entrar en órbita alrededor de ella sobrevolaría Encélado al menos en cinco ocasiones. Se encontraría allí –en sentido figurado– con el helicóptero Dragonfly de la NASA. Y con los restos del aterrizador Huygens de la ESA.

El objetivo es que, sea cual sea la luna escogida, L4 despegue en la primera mitad de la década de los 40 para llegar a Saturno unos diez años después. Lo cierto es que empiezan a darme bastante vértigo los plazos de estas misiones; largo me lo van fiando ya.

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Por @Wicho — 28 de Marzo de 2024


Imagen más reciente enviada por SLIM – JAXA

De nuevo el aterrizador japonés SLIM ha sorprendido a propios y extraños y ha sobrevivido a su segunda noche en la Luna y desde hace unas horas está de nuevo en contacto con el control de la misión y enviando imágenes obtenidas por su cámara espectroscópica, capaz de analizar el contenido de aquello que ve.

Llevaba en reposo desde el pasado día uno, cuando el Sol se puso en el cráter Shioli, que es dónde aterrizó. SLIM no posee ningún tipo de calentador que le permita mantener sus componentes a una temperatura medianamente razonable, así que el que haya sobrevivido a su segunda noche lunar es asombroso. Más aún, claro que lo hiciera a su primera noche, lo que ya fue toda una sorpresa.

SLIM aterrizó el pasado 14 de enero en las proximidades del cráter Shioli. Pero en lugar de hacerlo tumbado sobre uno de sus laterales, tal y como estaba previsto, terminó clavado de morro en el regolito lunar, tal y como se ve en la foto, tomada por el rover Sora-2 que fue liberado poco antes del aterrizaje.


SLIM «haciendo el pino» sobre la superficie de la Luna – JAXA

En esa posición sus paneles solares no apuntan al Sol como deberían por lo que la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) decidió ponerlo en reposo mientras aún quedaba energía en sus baterías a la espera de que el Sol estuviera en una posición mejor. Y finalmente pudo estar activo del 29 al 31 de enero.

Su segundo periodo de actividad fue del 26 de febrero al 1 de marzo, cuando de nuevo fue puesto en reposo. Así que a ver hasta cuándo aguanta ahora. Aunque la JAXA ya ha dicho que hay algunos componentes que están empezando a fallar.

SLIM, de Smart Lander for Investigating Moon, Aterrizador inteligente para investigación lunar, ha cumplido con los tres objetivos de la misión: aterrizar de una pieza aunque haya sido cabeza abajo a pesar de que uno de sus motores perdió una tobera en pleno descenso; aterrizar con una precisión de menos de 100 metros (fueron 55; por contraste la elipse de aterrizaje del Apolo 11 medía 20 kilómetros de largo por 5 de ancho); y conseguir que SLIM funcionara durante un tiempo una vez posado sobre la superficie de la Luna, tiempo durante el que analizó la composición del suelo y de algunas rocas cercanas a su punto de aterrizaje. Claro que nadie esperaba que pudiera hacer esto último en al menos otras dos ocasiones.

Con el aterrizaje con éxito de SLIM Japón se unió al reducido grupo de países que ha conseguido colocar misiones de una pieza sobre la superficie de la Luna: la URSS, los Estados Unidos, China y la India.

La misión está en Twitter como @SLIM_JAXA.

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Por @Wicho — 28 de Marzo de 2024


Imagen tomada por una de las cámaras de a bordo de Odiseo antes de entrar en reposo el pasado 29 de febrero – Intuitive Machines

Era altamente improbable que el aterrizador Odiseo de Intuitive Machines sobreviviera a la noche lunar, que dura dos semanas. Pero aún así la empresa lo dejó configurado para que intentara despertar antes de ponerlo en reposo para pasarla. Sin embargo se han confirmado las previsiones y han dado la misión por terminada al no conseguir retomar contacto con él.

La primera oportunidad para despertar era el pasado día 20, cuando las condiciones de iluminación en su zona de aterrizaje eran suficientes como para que los paneles solares de Odiseo produjeran la suficiente electricidad para salir de su reposo. Pero no ha sido posible.

La primera en más de 50 años

Conocida como IM-1, era la segunda misión del programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services, Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar) de la NASA.

Odiseo era un aterrizador Nova C a bordo del que iban seis instrumentos de distintos departamentos de la agencia; ILO-X, el precursor del futuro telescopio lunar ILO-1; una especie de centro de proceso de datos de Lonestar Data Holdings; la escultura Moon Phases de Jeff Koons –el mismo de los «perros longaniza» que se pueden ver al lado del museo Guggenheim de Bilbao–; y la cápsula del tiempo Lunaprise con una colección de textos, imágenes, sonidos y vídeos que quedarán allí como repositorio de nuestra cultura.

Los instrumentos, así como unas mantas térmicas fabricadas por Columbia y que protegen a Odiseo, tenían el objetivo de servir como demostradores tecnológicos para cuando tengamos una base lunar.


Odiseo medía 4,3 metros de altura, 1,6 de ancho –aunque el diámetro entre patas era de 4,6 metros– y pesaba 675 kilos antes de ser encapsulado para su lanzamiento. El cilindro metálico que se ve debajo de él es el adaptador para unirlo a la segunda etapa del Falcon 9 – SpaceX

El reciente fracaso de la Peregrine Mission One, la primera del programa CLPS, lanzada unas semanas antes que Odiseo, ponía una responsabilidad extra en Intuitive Machines y en la propia NASA para validar la fórmula del programa CLPS.

Responsabilidad que se veía acrecentada por la fuerte carga simbólica de que, fracasada Peregrine, recaía en Odiseo convertirse en la primera nave que la NASA hiciera aterrizar en la Luna desde que en diciembre de 1972 lo hiciera el módulo lunar del Apolo XVII.

El aterrizaje fue poco menos que milagroso, pues el altímetro láser del módulo no fue correctamente configurado para el lanzamiento y no funcionaba. Hubo que hacer un apaño con uno de los instrumentos de la NASA que iban a bordo para intentar aterrizar. Aunque fue un aterrizaje medio a ciegas en el que Odiseo terminó tumbado sobre uno de sus lados en el cráter Malapert A, tal y como se puede apreciar en la foto que abre esta anotación.

Supongo que no se consuela el que no quiere y que el resultado podía haber sido peor; estuvo muy cerca de terminar con una maniobra de litofrenado de Odiseo contra la superficie de la Luna. Al final han conseguido siete días de datos de la mayoría de los instrumentos, aunque no estuvieran en la posición originalmente planeada, frente a los catorce planeados.

Más misiones a la cola

La siguiente misión del programa CLPS, planeada para el tercer trimestre de este año, es Blue Ghost M1 a cargo de Firefly Aerospace. Tiene como objetivo colocar diez cargas útiles en el Mar de las crisis usando un aterrizador Blue Ghost.

Después de esa estaba programado el lanzamiento del rover VIPER hacia el cráter Nobile en el polo sur de la Luna. Viajará a bordo de un aterrizador Griffin de Intuitive Machines. Iba a ser lanzado en noviembre de este año. Pero mientras la NASA e Intuitive Machines estudian que sucedió con Peregrine la agencia ya lo ha retrasado hasta 2025.

Otro lanzamiento programado para el último trimestre de este año es el de la misión IM-2, que entre otras cosas llevará un taladro para estudiar el hielo bajo la superficie de la Luna en su polo sur. Pero como tiene que aterrizar en un Nova C –el mismo modelo que Odiseo– también es probable que su lanzamiento se retrase.

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Por @Alvy — 27 de Marzo de 2024

La dominancia de las criptodivisas en una imagen: Bitcoin (BTC), Ethereum (ETH) y decenas más

Esta interesante gráfica de Coin360.com muestra cómo se reparte el mercado global de las criptodivisas en función de su capitalización.

El dato está indicado como «dominancia» y un porcentaje: el Bitcoin (abreviado, BTC) tiene el 51% del mercado ahora mismo; le siguen Ethereum (ETH), Binance (BNB), Solana (SOL), Ripple (XRP) y otras (de las otras curiosamente no se indica el porcentaje de dominancia, hay que calcularlo). Aquí se entiende capitalización de mercado como el equivalente en dólares según la cotización del momento multiplicada por el circulante (número de criptos emitidas). Algunas criptos tienen un número limitado (Bitcoin, Solana) y otras no, como sucede con el dinero fiduciario (dólares, euros).

Es interesante que quienes se autodefinen como maximalistas de bitcoin creen que Bitcoin es la única criptomoneda que hay que tener en cuenta, así que toda la parte derecha del gráfico sobraría. Ese argumentario viene a decir que Bitcoin (y sus partes fraccionarias, los satoshis, milisatoshis, etcétera; es muy fraccionables) son la única criptomoneda viable; todas las demás serían inferiores por no decir completamente inútiles. Sólo Ethereum, y alguna otra, suele salvarse por algún motivo de practicidad de la quema de quienes conciben las criptodivisas de forma maximalista.

Top Assets by Market Cap

La capitalización de las criptodivisas se calcula de forma parecida a como se calcula la del oro, las empresas que cotizan en bolsa y otros activos. En el caso de Bitcoin circulan actualmente 1,3 billones de dólares. Comparativamente todo el oro del mundo son entre 200.000 y 300.000 toneladas, que a un precio de unos 2.200 dólares la onza serían unos 14,8 billones de dólares (10 veces más).

Otro detalle que se ha conocido estos días es que MicroStrategy, la empresa que preside Michael Saylor (con amplia mayoría accionarial, un 70% del voto), posee el 1% de todos los Bitcoin emitidos, comprados a un precio promedio de unos 13.000 millones de dólares, según explicó. Esto es una auténtica muestra de barbaridad con poderío, equivalente a 15.000 millones de dólares, con capacidad de influir en el precio con sus compras y ventas como las de cualquier gran accionista.

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